24.10.12

Sobre la utilidad del lapicero y la mala leche para la vida

Sólo un aspecto positivo tiene la que nos están montando: cada vez son más los que sienten la necesidad de expresar gráficamente su incredulidad y espanto. No sólo la intelectualidad española está de capa caída, sino que hace falta mucha ironía para no rendirse, mucha mala leche para leer entre líneas y no acabar creyéndote que tú eres el que se ha vuelto idiota. El nivel de El Jueves ha subido bastante (aunque son cuestiones de gusto), Vergara suele dar ena la diana cada día con sus chistes en el periódico digital eldiario y las viñetas de El Roto se han convertido en la única razón para abrir El País (aunque en este caso coincide que mientras él no hace más que mejorar, el resto se hunde en picado).
Y lo cierto es que la situación se merece una nueva oleada de denunciantes de la hipocresía, la beatería, el facherío, matonería, ventajismo, analfabetismo convencido y crónico, etc., y los poderosos, por su parte, nunca habían sido tan acartonados y ridículos, que casi te dan el trabajo hecho. Sí, buen material para los actuales émulos de El Papus, Dix, La Codorniz, Grosz, Hermano Lobo, Daumier, Gila, Berlanga, Bardem, Buñuel, Molière, Hogarth, Goya, quien se te ocurra, tal vez tú mismo.





 


 (Este cuadro de Bacon hace pensar en la caña que podría dar el Ricar si se asomase alguna vez fuera del huevo... ¿Recuerdas?)

3 comentarios:

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

Muy bueno, lo comparto totalmente. No os olvidéis, dentro del grupo de intelectuales zumbones tan necesario, de Jesús Ge, perfopoeta, con su La barba irritada (rita meirrita), Digodiego, políticos ridículos, etc (próxima actuación en La Curva bar, noviembre, dentro del Festival Rasca y gana de El Elefante Rosa). Toma spam!

Julio dijo...

Joder, eso de haceros propaganda aquí es muy poco ético. Espero que alguien más se anime a poner más enlaces y recomendaciones. Así no quedareis tan en mal lugar.

cocolu dijo...

Julio, me hiciste recordar las clases de de Luis Fouz cuando nos enseñó quien era William Hogarth y los grabados satíricos.

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