A los del Colectivo Satélite nos gustaría dedicar este Calendario Literario 2017 que acabamos de publicar a una persona por la que sentimos un especial afecto, uno de los mejores profesores que uno pueda tener la fortuna de encontrarse: Miguel Gómez. Sería posible dar muchas razones, pero creo que nada le retrata mejor que esta escena que es la primera en venirme a la cabeza cuando pienso en él. Un día me pasé por la Escuela de Arte de Valladolid a hacer una visita (aunque ya no era alumna desde hacía tiempo ya se sabe que la Escuela es un sitio muy especial por algo) y subí hasta el Aula de Grabado. Cuando entré, ahí estaba Miguel Ángel, de quien había aprendido dibujo durante años, pero esta vez en calidad de alumno. Con todos sus años de experiencia, estaba aprendiendo con total modestia y atención técnicas para hacer un grabado con luces y sombras. Creo que fue la última vez que lo vi. No sólo era muy bueno como profesor de dibujo: además era un dibujante alucinante. De hecho, se había pagado la carrera de Bellas Artes, haciendo historietas para la Editorial Bruguera, que a saber cuántas veces y en cuántos países habrán sido publicadas. Pero él no le daba importancia. Hay otros a los que les toca pagarse los estudios haciendo de camareros, y en su caso le había tocado ser dibujante, pintor e, incluso, legionario. Hasta nos entregó una historieta que aún estaba inédita por si nos apetecía publicarla en nuestro fanzine TheTente. El nivel de sus páginas era increíble, un universo por encima de las locuras y atrocidades que solían ocupar nuestro flaszinante flacsímil, y nos las ofrecía tan sólo por colaborar como uno más, porque también consideraba lo más normal del mundo que uno ponga sus dibujos a correr por el mundo, sin más pretensiones. Tan sólo porque si a uno le gustó hacerlos, alguien habrá que disfrute viéndolos. Y creo que esto ya es suficiente, ¿no, Miguel Ángel?
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